Con su espectacular entorno, hermosos jardines maduros, lujosa villa y, por supuesto, una historia única, esta es verdaderamente una propiedad singular en Marbella. Existen muchas villas impresionantes en ubicaciones privilegiadas en primera línea de playa a lo largo de la costa marbellí, pero en las arenas de Los Monteros –la dirección más exclusiva del lado este de la ciudad– se encuentra una magnífica propiedad cuyo emplazamiento frente al mar y vistas al Mediterráneo jamás podrán ser igualados. Además, es una mansión cuya propia historia forma parte del relato glamuroso de Marbella.
La antigua residencia de la socialité estadounidense Aline Griffith y su esposo, Luis Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, Conde de Romanones, la Villa Annabel fue escenario de algunas de las fiestas más deslumbrantes de Marbella. Aline mantenía un círculo de amistades influyentes que incluía a Jackie Kennedy, Audrey Hepburn y Wallis Simpson, muchas de las cuales recibía en esta casa frente al mar.
Marbella está repleta de villas de apariencia exótica, pero pocas pueden presumir del brillo, el misterio y la intriga que se entretejen en la esencia de Villa Annabel, una de las propiedades más extraordinarias de la zona. Esta opulenta villa se alza sobre terrenos de algo más de una hectárea en Los Monteros, una de las direcciones más exclusivas de Marbella.
Majestuosa y sofisticada, Villa Annabel es ideal para recibir invitados —especialmente porque sus interiores fluyen de manera natural hacia una amplia terraza y los jardines maduros que la rodean. De hecho, la casa fue escenario de algunas de las veladas más glamurosas de Marbella.
La historia de esta espléndida villa frente al mar parece sacada de las páginas de una novela, ya que fue construida originalmente para la hija de un jefe de Estado español, quien se estableció aquí en lugar de Madrid en la década de 1950, atraída por el clima benigno y el estilo de vida de Marbella. En aquel entonces, la ciudad ya se perfilaba como un centro refinado, muy apreciado por un público internacional, que le brindaba la compañía de algunos de los personajes más elegantes y fascinantes de Europa y del mundo: desde miembros de la realeza y magnates empresariales hasta grandes celebridades.
La villa, edificada en un emplazamiento privilegiado junto a la playa –algo que hoy en día ya no puede replicarse–, se distingue por ofrecer las vistas más espectaculares y una experiencia personal inigualable de mar, cielo, playa y privacidad. Todo ello rodeado por extensos jardines meticulosamente cuidados que envuelven la propiedad con una rica variedad de tonos, texturas y fragancias florales y marinas, acompañadas por la melodía del mar. No solo es un lugar de extraordinaria belleza, sino también de gran intimidad, delimitado únicamente por otras grandes propiedades con amplios jardines.
